CHUPITOS DE VITRIOLO

FAR WEST

“Dispara primero y pregunta después” es el nuevo lema que reinará a partir de ahora en las calles de Florida y que nos acerca a la cultura del Lejano Oeste americano.
Hace pocos días nos informaban los periódicos de que el Gobernador de Florida, y hermano menor del Presidente de los EE.UU., Jeb Bush, firmó el martes pasado una ley en la que permite el uso de armas en lugares públicos si los ciudadanos se sienten amenazados.
Antes de la aparición de esta licencia, existía la libertad de empuñar un arma y abrir fuego en tu propia casa si alguien asaltaba la misma, pero si eras atacado en la calle debías retroceder y huir.
A partir del primero de octubre, que es el día en que entra en vigor esta nueva ley, cualquier persona que lleve un arma puede hacer uso de ella en defensa propia antes de intentar escapar de su supuesto agresor. El uso estará permitido tanto en la vía pública como en cines, comercios, etc.
Una de las explicaciones dadas por parte de Bush ha sido la apoyada por la “Asociación Nacional del Rifle”, que representa un gran poder en los Estados Unidos. El argumento no ha sido otro que el de afirmar que el hecho de tener que retroceder ante una posible amenaza pone al individuo en una situación tan precaria que desafía el sentido común.
Este es el sentido común de quien hace pocos meses mantuvo una postura firme en el Sí a la vida para salvar a Terry Schiavo, que permanecía en coma profundo desde hacía 14 años.
Esta claro que el poder que tiene la industria armamentística allí es casi omnipotente. Al año mueren más de 30.000 personas en EE.UU. por armas de fuego.
¿Cuántos morirán tras la implantación de la nueva ley?
¿Es esta la postura idónea de quien pretende dar ejemplo al mundo y salvarnos de las fuerzas del mal?